El restyling de producto, al igual que el restyling de marca, se atribuye al proceso de realizar cambios sobre el producto. Estos cambios pueden ser tanto en apariencia como en funcionalidad. Y suelen ir ligados a un objetivo comercial. Bien sea por relanzamiento, ampliación de gama o, incluso, posicionamiento de marca.

Las necesidades de los consumidores cambian, y con ellas las demandas. Por esto, es importante adaptar nuestros productos a las nuevas exigencias del mercado. Cada vez son más las marcas que apuestan por la escucha activa hacia sus consumidores. Que se interesan por saber qué quieren y cómo lo quieren para aplicarlo en sus productos y servicios. 

Qué es un restyling de producto

Como decíamos anteriormente, un restyling de producto da nombre al proceso de aplicar cambios en el diseño o funcionalidades de un producto que ya existe. Estos cambios vienen dados para cumplir objetivos tales como mejorar visualmente el producto, adaptarlo a las tendencias actuales del mercado; o corregir algún fallo o mejorar alguna deficiencia.

Este proceso puede suponer modificaciones en, por ejemplo:

• Packaging: modificar el tamaño o forma de su embalaje.
• Materiales, acabados y/o colores: cambios de texturas, intensidad de color, acabado brillo o mate, aplicación de materiales diferentes, etc.
• Forma: cambios con el fin de hacer el producto más ergonómico, más estético, facilitar su almacenamiento, etc.
• Características técnicas: incorporación de nueva tecnología, etc.

El objetivo principal de este proceso es ofrecer una nueva imagen del producto al mercado. Por consiguiente, atraer a nuevos consumidores así como mantener el interés de los clientes actuales.

Además, al tratarse de cambios no drásticos pero sí significativos, las marcas pueden lograr aumentar la vida útil de su producto, aumentando su competitividad y respondiendo positivamente a las nuevas demandas de los consumidores.

Qué características debe tener un buen restyling de producto

Cuando llevamos a cabo un proceso de restyling de producto, debemos contemplar una serie de factores que harán que los cambios sean efectivos y repercuta positivamente. El objetivo es que la nueva versión del producto sea positiva tanto para la empresa como para los consumidores. Y por ello, debemos tener en cuenta:

Investigación de mercado

Antes de comenzar a aplicar cambios, es de vital importancia realizar un análisis exhaustivo del mercado. Se deben comprender a la perfección las nuevas tendencias y demandas de los consumidores. Así como conocer a la perfección a nuestra competencia y detectar nuevas oportunidades de mercado. Las conclusiones de este análisis nos ayudará a identificar qué aspectos del producto deben ser actualizados y dónde debemos hacer hincapié para diferenciarnos.

Feedback de nuestros consumidores

Conocer las opiniones de los clientes actuales y potenciales sobre el producto existente nos ayudará a tomar mejores decisiones en el proceso de restyling. La realización de encuestas de satisfacción o entrevistas nos permitirá conocer cuál ha sido la experiencia con el producto. Esto nos ayudará a saber qué debemos mejorar o actualizar.

Focus en el restyling

Dar respuesta a la pregunta “para qué realizar este restyling” y fijar objetivos es clave para que el proceso sea un éxito. Estos objetivos pueden pasar por aumentar las ventas, mejorar el posicionamiento de marca, adaptarnos a nuevas exigencias del mercado o corregir ciertas funcionalidades, entre otras.

Proteger la identidad de marca

Velar por la identidad de marca debe ser una premisa de obligado cumplimiento en estos procesos de cambio. Es crucial mantener la coherencia de la marca y sus valores para no confundir a los consumidores habituales. Además, esto ayudará a fortalecer el reconocimiento de la marca en el mercado.

Mejoras de funcionalidad y experiencia de uso

Antes de aventurarnos a aplicar cualquier tipo de mejora, debemos evaluar el producto. ¿Puede mejorarse en términos de funcionalidad, experiencia de uso y usabilidad? Los cambios en esta materia deben realizarse pensando siempre en satisfacer las necesidades de los consumidores. Solo así se les genera una experiencia de uso satisfactoria.

Aspectos técnicos y costes

En el proceso de restyling debemos contemplar la viabilidad técnica y económica de los cambios a realizar. Antes de tomar decisiones, debemos asegurarnos de que las modificaciones no afecten a la calidad del producto o aumenten significativamente los costes de producción del mismo. 

Comunicación eficiente

En paralelo a los trabajos de ingeniería y diseño y desarrollo de producto, es importante trabajar en una estrategia de comunicación coherente. El objetivo no es más que informar a los clientes y poner en valor los cambios realizados en el producto. Esto puede repercutir en actualizaciones en packaging, canales de comunicación, etc.

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